Sorprende encontrarse con pueblos aislados, envejecidos, que parecen haberse parado en el tiempo, con pinceladas mineras, pesqueras, de otra época, pero abiertos a remar con los nuevos tiempos conservando la esencia que los caracteriza.
Precisamente en el pueblo de Monte dos Bens (Mértola) se mantiene una tradición y negocio familiar desde hace tres generaciones: la producción artesana de miel. Resulta muy interesante observar cómo se realiza, dentro de la misma casa, el ciclo completo para obtener este preciado producto, dos veces más dulce que el azúcar de caña: desde la propia apicultura hasta el envasado y etiquetado final, todo con el cuidado y la dedicación que los ancestros ya enseñaron a sus herederos.
Tuve la suerte de conocer un poco mejor este mundillo a través de los responsables de la marca "Mel de Portugal - Monte dos Bens", quienes me mostraron cómo se adecuaban las colmenas de las abejas.
La cera es una sustancia grasa secretada por glándulas cereras de las abejas obreras jóvenes para recubrir las celdas del panal sobre el que se almacena la miel. Una vez recogida la materia por el apicultor, la cera se reutiliza para obtener, aparte de velas y productos cosméticos, también nuevas láminas estampadas que colocadas en sus marcos servirán para lanzar una nueva "hornada" melosa.
La propia colmena está compuesta por dos cajones, o cámaras: una inferior, llamada cámara de cría (aquí está la reina) y otra superior, llamada alza o melario, donde se almacena la miel.
Dentro estas cámaras se colocan los cuadros de cera estampada donde las abejas crean los panales en los que depositan sus alimentos (polen y miel) y también crían a sus obreras y zánganos. Como curiosidad cabe comentar que los diferentes colores con los que el apicultor pinta las colmenas sirven, aparte de para proteger la madera, también para facilitar la orientación de las abejas a la hora de regresar a su colmena. ¡Qué finas ellas con la decoración de su hogar!
Algo que siempre me ha llamado mucho la atención ha sido el tono anaranjado de este alimento, sobre todo al reflejo del sol, y curiosamente aquel día acabó regalándonos un atardecer explicando quizás el porqué del color de la miel.
Continuará...
A mi no me gustaba apenas la miel, pero desde que un paciente me dio miel natural que hacía el, no puedo porbar otra cosa!
ResponderEliminarBesicos
Anda, que curiso.
ResponderEliminar¿Es este el pueblo de Chari y Nuno?
Espero poder visitarlo en esta semanita de vacaciones que tenemos.
Yo he sido afortunada, ya que mi tío tenía panales y nos daba miel.
ResponderEliminarPero siempre se aprende algo, que yo no tenía ni idea sobre los colores de los panales...
¿No os han hecho alguna vez de críos la siguiente pregunta?
ResponderEliminar¿A tí que te gusta más: la miel comprada o regalada?
Regalada!!! A tí te gusta la miel "dá".
...No tiene gracia, ...aunque con acento andaluz mejora un poco, pero no mucho.
Ya en serio:
ResponderEliminarCoged un bote vacío.
Meted piñones, almendras y nueces.
Vertid miel hasta llenar el bote.
El resto depende de cada uno...
Belén, acabas de despertar mi curiosidad. Yo no soy muy aficionado a la miel, pero tendré que insistir con esta para averiguar esa diferencia que comentas.
ResponderEliminarErkiwi, eeeeessasssto! Pues está al lado, así es que está hecho.
Lorea, a mí también me sorprendió cuando me lo contó Chari. No te acostarás sin...
Paloma, estás hecha una buena pajarraca! Joojojo. Lo de los frutos secos parece que me lo has leído de la mente, ya verás por qué, ya verás...
Emmmmmm... igual puedo sustituir los 18 azucarillos y medio del café por una cucharadita de miel...
ResponderEliminarOye, no es mala idea! Pero se te ha colado un gazapo... has dicho cucharadita en vez de tarro. :)
ResponderEliminarGenial Ponch, estas cosas hacen que gente como yo descubra todo el proceso y no que la miel florezca directamente en los botes. Vaya documental!! :)
ResponderEliminarThanks Ignacio, para mí también fue interesante y novedoso conocer algo más sobre este proceso de fabricación. Sólo me queda conocer la parte de recogida en el monte con las abejas... ya se andará.
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