Tener un animal doméstico (ya se encargan los medios de recordárnoslo continuamente) supone una gran responsabilidad. Hay que saber cuidarlo, asearlo, alimentarlo, darle todo aquello que le haga sentir como si estuviera en su casa, en plena libertad, vamos.
Ocurre que cuando para su satisfacción, uno intenta regalarle (por ejemplo) metros y desahogo al aire libre a uno de sus seres más queridos, olvida que la rapidez, los brincos y las carreras del animalillo pueden hacer que se le pierda de vista y un ladronzuelo aproveche ese instante para birlártelo.
Eso tan triste es lo que sin duda sucedió aquí...
No lo olvidéis: ¡atad a vuestras mascotas!
Por qué asumen que las "cogieron"? Pudieron perfectamente escaparse. No sería la primera vez que tienes unas tortugas al lado, te despistas un momento y se han ido!
ResponderEliminarEfectivamente Sirventés! Si es que la gente es muy descuidada... apuesto a que las llevaban hasta sin bozal!
ResponderEliminarIgual se escaparon, cuando quieren son muy rápidas...
ResponderEliminarbesicos
Belén, es verdad, hay algunas con las que podríamos inaugurar un tortugódromo!
ResponderEliminarY a todo esto ¿las habrán recuperado?
ResponderEliminarEstoy por acercarme a la avda del Mediterraneo para quedarme más tranquila.
¡Malditos ladrones!
"Corre, dijo la tortuga"
ResponderEliminarY la tortuga corrió
Ya no hacen tortugas como antes...
ResponderEliminarErkiwi, lo mismo sólo se escaparon y ellas solitas han vuelto a casa guiándose por el olfato.
ResponderEliminarVanessa, o rodó, o rodó...
Ignacio, ahora les ponen Bluetooth, WiFi y esas historias y mira lo que pasa.