Fronklins estuvo allí

Efectivamente, justo al lado de la bollería, la repostería y demás bizcochos azucarados, desde el mismísimo estante de los Shmashs, los Jolbranch y los Txoco Christies, el reportero más dicharachero, el mismísimo Fronklins (en formato de 500 gr) se adelantó a la noticia y publicó aquí lo que luego sería actualidad en otros medios.

En su afán por mantener a sus lectores al día con la información más reciente, incluso escatológica, publicó el pasado 31 de mayo del 2010 este escalofriante post.

Casi dos meses después aparece en la Vanguardia esto, cuando desde aquí ya nos había dado tiempo a analizar la verdadera composición del dulce, a hacer un estudio sobre las dioptrías del grafista y un análisis psicológico del etiquetador.

Pero las andaduras del cazador de news no quedaron ahí y se puso manos a la obra para ver la reacción del supermercado días después del sospechoso croissant. Amigos, así quedó reparada la etiqueta fecal:

Contundente cartel de recomendación con el relleno correcto

y cambio de estrategia bañando los croissants a 0,99€ sólo en "C".

Que el comprador lo bañe esta vez con lo que quiera...

Desde el pasillo central, justo después de los cartones de leche, su corresponsal más colosal, James Fronklins. Buenas tardes.