A destacar sus majestuosos templos, el ambientazo de la Khao San Road, los masajes, la comida en puestos callejeros, los shows con "pelotitas", el constante asedio de tenderos, mercaderes, hosteleros, taxistas, joyeros, sastres... y el camelo de los Tuk-Tuk.
Acto seguido se negocia el precio (algo con lo que hay que vivir en la mayor parte de Asia) para una hora de trayecto. ¿15 Bahts? Un momento, eso son unos 30 céntimos, vamos, una ganga. ¡A probar sea dicho! Y comienza el fenómeno de circular por esas calles de la armonía y el sosiego (ya volveremos a este tema, ya) para llevarnos a la mayoría de sitios que no son de gran interés, pero curiosamente siempre quedan cercanos a una tienda de ropa que tenemos que ver, otra de corbatas que tiene buenísimos precios o una "agencia turística" que nos ofrece unas ofertas de escándalo.
Tuvimos la suerte de contar con un conductor como Meli, con el que finalmente llegamos al fondo de la cuestión al enterarnos de que alquilaba el vehículo por 350 Bahts al día, poniendo la gasolina de su bolsillo. Si tenemos en cuenta que por 25 Bahts acabamos toda la tarde a lomos del Tuk-Tuk, las cuentas no parecen cuadrar. Lo cierto es que el negocio está en los locales a los que Meli lleva a clientes potenciales. En función del tiempo que los pasajeros pasan en el comercio, él recibe bonos de gasolina, bonos para la comida de sus críos y otra serie de ventajas que le facilitan la vida. La verdad, la experiencia fue divertida, dado que Meli tuvo la decencia de preguntarnos si podíamos colaborar antes de llevarnos a sus destinos, explicando lo que suponía para él. Y así, entre templo y templo y tienda y tienda, acabamos viendo las fotos de Pung y Pong, sus dos hijos, nos reímos de lo lindo y acabé con un traje hecho a medida bajo el brazo. El complejo sistema comercial funciona.
Muy bien, he empezado los highlights vietnamitas hablando de Tailandia. ¡Véis como esto no sirve de referente turístico! Pero sirva de lección para aquellos que quieren ser instruidos en el blindaje contra el timo. No os fiéis de los titulares, el marketing ni la sonrisa a pie de calle. ¿Pensábais que hablaría de Vietnam, eh? Ja! Uno a cero para mi.
Seré sincera...
ResponderEliminarME MUERO DE LA ENVIDIAAAAAAAAAAA
Besicos
Me encantaron las fotos y videos del otro día. Y estoy de acuerdo con Belen ¡¡¡¡QUE ENVIDIA ME DAIS!!!!
ResponderEliminarMaldita sea, nos la has colado. Eres un charly!!!!
ResponderEliminarBelén, no desfallezcas mujer, no lo hagas. Que aún hay maaaás!
ResponderEliminarErkiwi, os digo una cosa a las dos: esa envidia tiene remedio. A viaajaaar.
Ignacio, jejejeje. You buy from meee? Motorbike? He aprendiiiidoooo.