jueves, 21 de febrero de 2008

Antes y después

El post de hoy va dedicado a un artista destronado por las drogas, a alguien que pasó de los elogios de su padre y maestro, Miguel El Tomate, a la soledad en la calle, de ganar premios en certámenes nacionales de guitarra flamenca a perder gran parte de su vida y su imagen al verse sumergido en un oscuro mundo paralelo, de grabar discos y tocar en televisión a rasguear una guitarra falta de cuerdas en cualquier esquina de su ciudad. Todo un antes y un después, una cara y una cruz y sin embargo, con una constante absoluta en su camino: la guitarra.

Miguel de Vega Cruz nació en Huelva en 1952 y se le conoce por el nombre de "El Niño Miguel". De muy pequeño ya dominaba los distintos palos del flamenco y acompañaba al cante a varios artistas, pero no fue hasta los años 70 cuando comenzó a despuntar con sus primeras grabaciones y actuaciones en festivales. Sin embargo, su difícil carácter y la inestabilidad psíquica de este artista, corto e inseguro de palabra, tornaron pronto su prometedora trayectoria en un pozo sin fondo del que a día de hoy no ha logrado salir.

Al Niño Miguel, tío del famoso guitarrista Tomatito, se lo puede encontrar uno actualmente vagando por las calles de la capital onubense, intentando sobrevivir, siempre acompañado de su vieja guitarra, que parece ser la única capaz de darle fuerzas para seguir.
A pesar del desgaste físico y mental que ha tenido que afrontar este hombre, sigue quedando en él ese destello de genio que resurge cuando toca las cuerdas de su guitarra. Impresiona ver cómo Miguel es capaz de puntear su instrumento con sólo dos o tres cuerdas y llenar el aire de su música, sin sonar incompleto. Impresiona ver cómo tras esa flacidez, ese rostro arrugado y esa mirada perdida sigue apareciendo aquel que fue. Impresiona saber que a pesar de todo lo que uno puede cambiar, por voluntad propia o ajena, siempre queda algo suyo en su interior, indestructible, propio. Ilusiona saber que ese ego es la base para ser capaz de cambiar todo lo demás.
Os dejo un par de videos del Niño Miguel tocando por Soleá cuado era un chavalillo (años 70) y a continuación tocando una guitarra con tres cuerdas en los 90.



7 comentarios:

  1. Depende de cómo se vea Ignacio. Quería transmitir que aunque esté uno hundido en el peor de los infiernos siempre se puede agarrar a algo que nadie te puede robar. Al fin y al cabo es tuyo el poder de la decisión y sean cuales sean las circunstancias siempre habrá más de una opción para afrontarlas.
    De hecho, para que sea menos estremecedora la historia, permíteme contarte que según he sabido, parece que este hombre se recuperó bastante hace un par de años y volvió a subir a un escenario, lo que demuestra que es posible el cambio, aunque a día de hoy haya vuelto a seguir un rumbo incierto.

    ResponderEliminar
  2. Si si. Si lo entendí así. Y aún con tres cuerdas quería seguía teniendo todo el arte. Pero en los momentos que miraba a la cámara con la vista perdida... uff, que tristeza más grande. Sobre todo cuando lo ves como fué en el video anterior.

    Me alegro de que haya podido dejarlo atrás y esté más recuperado... Eso sí.

    ResponderEliminar
  3. ¿Existe el poder de decisión una vez enganchado a las drogas?
    Da mucha pena.

    ResponderEliminar
  4. Yo diría que sí, erkiwi. Supongo que esa decisión debe ser más fuerte que lo que te tiene apresado para salir.
    Por cierto, tengo esto más abandonado que el diccionario de Yola. A ver si para marzo posteo aaaargo.

    ResponderEliminar
  5. hola primache, pues yo creo que no muestra solo eso, muestra tambien el vacio, la falta de compasion, la falsedad, el interes y todo lo que nos hace tan detestables, este hombre es un genio, que quizas nacio en una epoca equivocada por lo que se cruzo en su camino y en el de tantos otros de su edad, pero seguro que cuando era ese chavalillo talentoso los buitres le rondaban y nunca estaba solo, porque toca la guitarra?? pues yo creo que es porque es la unica que no le ha fallado, que siempre ha estado ahi y que ademas le ayudara a evadirse de su cruda realidad, aun sigue siendo un dios con la guitarra, y pueden dar fe esos chicos a los que enseño por la calle, sin ningun otro interes que el de enseñar, y podria dar mucho pero su imagen ya no interesa, un puto yonki, es lo que por desgracia todos vemos en el niño miguel,quizas sea porque alomejor tenemos los ojos sucios, o porque no vemos una puta mierda.

    ResponderEliminar
  6. tito, qué agresividad... bueno, quizás la culpa sea de los que le rodearon, quizás no sepamos analizar la situación, a lo mejor apareció en el lugar equivocado en el momento más inadecuado, pero en algún momento, por muy corto que fuese, tuvo la posibilidad de elegir. De hecho, creo que esa misma 'libertad' para decidir sobre uno mismo es la que le ha hecho seguir con la guitarra y la que quizás pueda sacarlo de ´donde está.

    ResponderEliminar

¿Y tú qué me dices?