lunes, 15 de junio de 2009

Hay que echarle teatro

¡Hay que fijar los movimientos!
El texto de esta parte siempre se me olvida...
¡Las sardiiinaaaas! ¡Que no se olviden las sardinas!
No llegamos con la escenografía, no llegamos.
¿Ha pensado alguien en algo de música entre acto y acto?
No tengo ni idea de dónde voy a sacar el vestuario...

Estas no son frases que aparezcan en el texto de la obra "Noises Off" de Michael Frayn, pero podrían hacerlo perfectamente.

¿Suena a caos? Probablemente, pero ahí está la gracia, tanto dentro como fuera de escena...¡y de la obra! A menos de una semana del estreno, el ritmo de los ensayos sube, el nerviosismo va a la par y los últimos flecos que se cierran dan lugar a otros nuevos que no parecen tener fin. Pero sucede siempre, como esta función de metateatro viene a demostrar. Teatro dentro del teatro.

El título español de la misma es "¡Vaya ruina de función!" y la adaptación en la que está basada la obra que representaremos un grupo de aficionados de la Sala Malasaña es de Pablo Muñóz. Claro está que tendrá su propio toque gracias a la labor de nuestra profe, Silvia Navarro, que nos ha guiado magníficamente hasta aquí para ofreceros esta comedia en dos actos en las siguientes salas:

20 de junio
Centro de Formación Padre Piquer.
C/Mártires de la Ventilla, 34. Madrid
Dos pases: 17:30 horas/19:30 horas
Entrada 5€ - destinada a fines benéficos

24 de junio
Centro Cultural Lavapiés
c/Olivar 46. Madrid
19:00 horas

Si os apetece echar un rato agradable para reír con una comedia frenética, ¡os esperamos!

jueves, 11 de junio de 2009

Encuentra la diferencia

El próximo ejercicio requiere de cierta agudeza visual. No mucha, pero un mínimo sí es necesario. En la imagen que sigue hay un elemento que no encaja del todo con la típica estampa dominguera de playa, tortilla de patatas y sombrilla florida. Es difícil, lo sé... por eso doy pistas:
  • la cometa es una cometa: no es un ovni ni nada paranormal que pueda parecérsele.
  • no hay manipulación "fotochopera" alguna: la gente que aparece en camiseta, aunque esté en la playa, la lleva realmente, no está pintada sobre ellos. Estábamos en mayo.
  • no es necesario hacer un potente zoom sobre la arena para encontrar un mensaje oculto, ni una imagen 3D que pueda formarse al mirar fijamente las coquinas.

Caballo playero

Un caballo buscando coquinas

¿Sí? ¿No? Veeeenga, una pista más... El riesgo que tiene ir a la playa un día tan primaveral es que a veces acaba lloviendo.

Al trote a la toalla

Un curioso paseo por la playa de la Redondela a lomos de una buena jaca (envidia la mía). Qué pena no haber captado la instantánea del caballo bajando por la rampa de acceso a la playa, taconeando sobre la madera, junto al típico cartel de "Yo me quedo fuera". También es verdad que en la señal se retrataba a un perro y que el equino no andaba suelto por ahí haciendo hoyos en la arena o corriendo tras un balón. Iba bien sujeto de la correa... digo rienda. Debe tener algún pase especial, tipo VIP o ser amigo de los socorristas. O simplemente es un caballito de mar. Quién sabe...

sábado, 6 de junio de 2009

A puntito de caer

Tres de la tarde, hoy tengo el tiempo justo para "sentarme" un ratito en el sofá y "reposar la comida". Un fugaz zapping para volver a comprobar que no hay nada que merezca la pena ver en la caja tonta y selecciono el partido de tenis, porque me parece lo más soportable... ¿o debería decir adecuado? ¿Propicio? ¿Hipnotizante?
Fifteen all. Toc-to-toc-to-toc... la pelotita hacia arriba y abajo, hacia arriba y hacia abajo, mientras la monótona voz del comentarista relata que desde el 2007 no le ha ganado Donokoyprov a Schlurpf en un Open. Ahhhm. 40 iguales. Toc-to-toc-to-toc... no sé por qué extraña razón he pasado a ver el interesantísimo match con un solo ojo. El otro ya está hundido en un cojín. No veo a los jugadores, sólo sigo la pelota. El marcador de velocidad en el saque indica 185 km/h. Espera... ¿o pone 165 km/h? No lo distingo, no puedo enfocar a través de medio milímetro de margen que mi párpado izquierdo cede para percibir que aún reina la luz del día. La voz en off dice algo de Santana. La repetición a cámara lenta parece trasladarse también al sonido. Santa Ana... esa plaaaaza tiene histoooria. A 155 km/h vuela un canario temerario entre los árboles que dan sombra a las terracitas de verano. Se posa sobre la pata de palo de un pirata desubicado e imita burlescamente a un pájaro carpintero. Toc-to-toc-to-toc. Oigo ronquidos. Son los míos. Me rindo. Sólo una cabezadita.

ZZzzzzZZZZzzz

Ese momento de transición entre el mundo real y el imaginario, a medio camino entre lo material y lo etéreo, entre lo percibido y lo inventado resulta cuanto menos fabuloso. Una pérdida de conciencia voluntaria por lo general y una sensación placentera en el momento preciso de dejarse llevar de la mano de Morfeo.

Se acentúa aún más la batalla contra la ensoñación cuando no está prevista la caída. Ese día en que estás obligado a estudiar y el calor del brasero o la chimenea te dicen lo contrario, aquel en que tienes cita con el médico y te ponen un documental sobre criaderos de salmones en la 2, durante esa conversación trascendental a media madrugada en calidad de hombro de lágrimas responsable y solidario, en el momento en que por fin tienes ante tí la película que ansiabas ver hacía meses y el traqueteo del bus, el guiso de lentejas y la ola de calor o ese relajante muscular, se ocupan de resumírtela en los títulos de crédito, los de principio y fin, exclusivamente, sin nada de por medio. La B.S.O. al menos parece buena... la que me devolvió a este mundo, digo.

Del despertar no tengo la misma opinión.

¿Qué? Estás a puntito de caer, ¿no?