Sí, ya ha pasado un mes, pero es que los que deberían haber empezado con el post de la Romería eran otros y se han estado dejando rogar... me rindo. Empiezo yo! Pero por el final... jejeje.
Hemos disfrutado de una Peña 2008 con muy buen tiempo, muchos reencuentros, momentos sobrecogedores, bellas estampas romeras y divertidas sorpresas.
Como viene siendo habitual, desde el lunes de Peña en adelante la fiesta se vuelve más íntima. Las visitas multitudinarias al pueblo y al Cerro del Águila durante el fin de semana dejan paso a un ambiente más familiar y relajado.
Este año lanzamos unos cuantos amigos la propuesta de volver a reunirnos a caballo ese mismo lunes de romería para recordar aquellos viejos tiempos con nuestra reunión, cuando compartimos más de un camino con la caballería... y funcionó! Una pena que no tenga fotos de esa noche en que llegamos a coincidir Yoyo, Antoñazo, Teresa Rocío, Fernando Macareno, María Teresa, Benito Apín y muchos más. A ver si repetimos y cogemos la costumbre.
Hablando de costumbres, el martes de Peña varios grupos de amigos consiguieron recuperar una vieja tradición perdida en Puebla de Guzmán desde hace bastantes años: el Martes de los Burros.
El último día de Romería, los divertidos burros y sus jinetes se mezclan, tanto en el camino a la ermita como en las calles del pueblo, con los habituales jinetes sobre sus majestuosos y engalanados caballos.
Grande también el momento en la Calle Serpa, cuando mientras subía la caballería para emprender su camino a la ermita, al final de la larga cola de caballos aparecieron los burros debidamente adornados con flores y gorros a conjunto con la indumentaria de sus dueños. El público congregado en las cadenas no tuvo más remedio que romper en un espontáneo aplauso regado de carcajadas al que respondieron los jinetes saludando con gorrilla en mano.
Algunos se atrevieron a hacer el camino completo a burro, cosa que tiene mérito teniendo en cuenta que estos cuadrúpedos no contaban con montura alguna... bueno, excluyo a uno de los asnos que iba "tuneado" con una montura dos tallas más grande que la que le correspondía.
Una vez arriba, gozamos de un espléndido día para disfrute de grandes y pequeños.
De vuelta en la calle Serpa las simpáticas situaciones de burrillos entre caballos se repitieron y dieron mucho juego a medida que avanzaba la noche.
Rompo aquí una lanza a favor de los que sí saben tratar a los animales y otra contra los que desconocen dónde están los límites y parecen disfrutar con el sufrimiento de quienes, en definitiva, los acompañan y les sirven.
Debo decir que lo que vimos allí fue todo un ejemplo de saber combinar diversión con respeto por el animal y si esto puede servir en un futuro para salvar a este gracioso, pero laborioso animal del peligro de extinción que lo acecha, bienvenido sea...que siga la tradición!
Echadle un ojo al ambientillo que se vivió el martes en la Calle Serpa:
Y ojo a este zagal que tuvo la ocurrencia de ir a su casa a por una muñeca vestida de gitana para que le acompañara en su paseo en burro.
Espero que para los que no hayáis podido estar este año os haya servido este bocado para saber lo que se vivió, para los que estuvisteis, que tengáis desde aquí ese recuerdo y para los que no pudisteis quedaros unos días más, que sepáis cómo acabó todo.
Si queréis saber cómo fue el fin de semana previo, no tenéis más que entrar en los blogs de Choupa o Cinza y comprobar las impresiones y las bellas imágenes que recogieron de los primeros días de Romería. Están a puntito de retomar sus blogs y publicar estos posts. Ya veréis ya (= encerrona)... porque mejor que contarlo yo será que lo cuenten quienes lo vivieron por primera vez, desde otro punto de vista...
Gracias a Txema, David, María, Raúl y Esti por su visita. Ya sabéis más sobre la Peña y los puebleños. Espero que os hayáis llevado un grato recuerdo y ganas de volver. Un abrazo!