¡No me lo puedo creer! ¿Ya está aquí la Romería de la Virgen de la Peña otra vez? Pues sí, estamos cerca del último fin de semana de abril, que es cuando arranca, o sea que en la Puebla deben estar montadas las cadenas a las puertas de los bares y en la calle Serpa, se deben estar dando los últimos retoques a los trajes de gabacha, seguramente están listos todos los preparativos en la Casa de Fondos, la Ermita se estará decorando para mostrar su mejor cara, las casas lucirán fachadas encaladas... en estos días los puebleños andarán alborotados de aquí para allá, en vísperas de la Fiesta por excelencia en Puebla de Guzmán.
Y merecerá la pena, como siempre. Porque quedarán grabados momentos irrepetibles gracias al ambiente, las sensaciones y la compañía. Imágenes de un caballo en la Balsita, de una puesta de sol en el Peñón, alguien arrodillado junto a la reja, un sombrero que vuela, una mayordoma de gabacha sonriendo desde su jamuga, el sonido del herrador el sábado por la mañana, el son del tamborilero cuando bajan los danzadores a la Pisá del Potro, las tonás frente al Bar la Sociedad, un viva roto a las puertas de la ermita, un fandango valiente de noche, cuando baja la caballería...
A los que estáis allí abajo: id preparando las gargantas, afinando las guitarras y engalanando los caballos, que nos vemos pronto. A los que os animáis a venir por primera vez: espero que os resulte una vivencia memorable. Y a los que no podéis estar este año: nos acordaremos de vosotros, pensando en la próxima ocasión para echar un ratillo juntos.
Virgen de la Peña viene
para montar a caballo
y por eso vida mía
no puedo estar a tu lado.